Cuando en una familia hay un miembro diagnosticado de depresión, al final todos acaban sufriendo de alguna forma esa enfermedad mental. En consulta me encuentro a diario con la necesidad de tratar tanto al paciente deprimido como a todas las personas que conviven con él, es por esto por lo que me he animado a escribir algunas pautas a seguir en caso de que se encuentre en esta situación:
1. Pensar que nadie tiene la culpa de que aparezca esta enfermedad.
2. Usted no puede curar el trastorno de su ser querido pero su apoyo es decisivo.
3. Participe de forma activa asegurándose de que toma la medicación en el caso de que la tenga prescrita y acuda a las revisiones con él, tanto a las del psiquiatra como a las del psicólogo.
4. Sea paciente, comprensivo y anime a su ser querido. Organice salidas (como paseos, compras,visitas,etc) para que no se aísle ni se retraiga. Pero tampoco le fuerce a ir.
5. Es importante establecer límites definidos. El simple hecho de que la persona deprimida tenga falta de interés por las cosas, no quiere decir que usted no deba esperar nada de ella. Pequeñas actividades pueden serle beneficiosas.
6. A pesar de todos sus esfuerzos, los síntomas del deprimido pueden empeorar. No se desanime, puede formar parte del curso de la enfermedad.
7. La persona deprimida no encuentra fácilmente consuelo y los familiares pueden sentirse frustrados por ello. Mantenga la calma.
8. Debe pedir a los profesionales que le traten toda la información que usted necesite. Aprenda todo lo que pueda sobre la depresión. Si usted, como familiar o amigo, puede entender lo que le está pasando a la persona que tiene a su lado, no solo podrá ayudarle a estar mejor, sino que también usted dejará de sentirse desanimado.
9. Si es usted la pareja, tenga en cuenta que las personas con depresión pueden perder el interés por el sexo. No lo tome como algo personal.
10. Recuerde, usted no está solo, comentar pensamientos y sentimientos a otras personas puede ayudarle mucho.
11. No tome la responsabilidad por su familiar enfermo.
12. Las enfermedades mentales, sean cuales sean, no son motivo de vergüenza.
13. Reconozca la increíble valentía que muestra el enfermo cuando lucha contra una depresión.