El mundo de la pareja es un buen laboratorio para desarrollar la inteligencia emocional, y dentro de ella la capacidad para arreglar conflictos. Porque hay que decir, que las buenas peleas son necesarias, ya que con ellas se desahoga y además ayudan a evolucionar y mejorar la relación de pareja.
Quizás el problema es que cada uno de los miembros de la pareja tiene aptitudes y necesidades diferentes ante los enfrentamientos. Los cuales voy a intentar desgranar en este artículo.
La experiencia profesional en el campo de la terapia de pareja y familiar me dice; que ellos se quejan de que ellas cuando hay una discusión les bombardean a preguntas y reproches, por lo que se sienten acorralados, se bloquean (y es aquí donde aparece el famoso silencio que exaspera a todas las mujeres) y muchas veces acaban huyendo. Por esto, las mujeres deberían hacer menos críticas destructivas centradas en cómo son sus parejas y poner más atención en los hechos concretos que dieron lugar a la pelea. En resumen, hay que quejarse no criticar.
Por el contrario, ellas se quejan de que ellos mantienen una actitud pasiva ante los enfados y problemas. Así que, ellos deberían escuchar, no proponer rápidamente una solución práctica, antes de que ella se haya desahogado y no estar a la defensiva dejando así el peso del discurso en la otra parte.
Si cada uno hace estas pequeñas modificaciones, conseguiremos que la pareja funcione mejor, evitando las situaciones de discusiones interminables.