Vivir el momento presente constituye la clave de una vida positiva. Si lo pensamos bien, no hay otro momento que podamos vivir; el ahora es todo lo que hay, ya que el futuro es otro momento presente para ser vivido cuando llegue.
Podemos disfrutar del presente si nos entregamos a él. Absorbiendo todo lo que nos brinda este momento actual, porque el pasado ya no existe y el futuro llegara a su tiempo. Cuando nos evadimos del presente nos lleva a idealizar el futuro, en el que creemos que nuestra vida cambiara por completo y que viviremos plenamente felices. Y lo más probable es que cuando llegue ese tiempo, no encontraremos lo que esperábamos.
De otra manera, cuando miramos al pasado en pocas ocasiones nos arrepentimos o lamentamos por algo que hemos hecho; más bien es lo que no hemos hecho lo que nos atormentara. Así que el mensaje está claro: ¡Haz cosas!, aférrate a cada momento actual de tu vida y saboréalo, aunque cometas errores.
Se dice que la felicidad es disfrutar de lo que te ocurre ahora, no lamentarse de lo que no ha ocurrido o esperar continuamente que todo cambie próximamente. En consulta me encuentro habitualmente con personas que reviven el pasado una y otra vez, lo que les lleva irremediablemente a convivir con la añoranza o con la rabia como acompañantes de su vida. Y en no pocas veces, acuden a terapia personas que no les gusta su vida actual y sobreviven emocionalmente deseando que los acontecimientos mejoren fortuitamente, pero casi nunca el azar juega a favor de ellos.