En muchas ocasiones me encuentro en consulta con casos en los que viene una pareja para pedir ayuda porque existe un conflicto entre ellos.
Pero tras la Evaluación y Entrevista clínica, sucede que no sólo existe un problema de comunicación o afectividad sino que uno de los miembros de la pareja presenta una alteración psicológica que impide el normal desarrollo de la convivencia de la relación de pareja.
Es por esto, por lo que me animo a escribir este articulo. Aparte de los típicos conflictos en una pareja, el psicólogo especialista en terapia de pareja debe estar atento a diagnosticar y valorar los posibles trastornos emocionales de los pacientes.
Una vez que se detecta un caso de este tipo, hay que actuar con sutileza y sensibilidad a la hora de transmitir dicha información a la persona afectada y a la pareja. Hay que considerar que no siempre va a ser bien aceptado el diagnostico, sobre todo por la persona que sufre del trastorno psicológico; porque además de una posible negación de la enfermedad mental, puede interpretar que se le esta culpando o responsabilizando injustamente de la crisis de pareja.
El procedimiento más adecuado es trabajar a través de la pareja aspectos que contribuyan por un lado a tratar el trastorno psicológico y por otro lado, mejorar el estado complicado de la relación. Si llegado el momento fuera necesario, habría que comenzar una terapia individual y dejar a parte la psicoterapia de la pareja, tampoco hay que olvidar el estado del otro miembro.
Es importante tener en cuenta que la pareja es un mundo pequeño dentro del universo de la familia y de su entorno próximo, todo lo que sucede a su alrededor le influye. De la misma manera, cualquier alteración en la relación puede interferir en el exterior.