Cuando necesitamos de la aprobación de los demás en exceso, tenemos un problema porque perdemos demasiados momentos en esforzarnos por caer bien. No es malo querer agradar o que nos guste que nos alaben, ya que la adulación es un hecho agradable; el problema serio es cuando se convierte en una dependencia en nuestra vida no en un deseo.
Cuando necesitamos algo supone que sino lo conseguimos nos vamos a derrumbar, si además necesitamos la aprobación del todo el mundo que nos rodea en general, nuestra vida se vuelve un calvario que nos hace estar mas pendientes de la opinión de los demás que de disfrutar de la vida, incluso de aprovechar del aprendizaje de los errores o incidencias cotidianas.
Cuando sabemos que tenemos una dependencia patológica de la aprobación de los demás? Cuando nos ocurren algunas de estas situaciones:
- Cambiar de manera de pensar porque alguien da muestras de opinar lo contrario que nosotros.
- Sentirse deprimido o angustiado cuando alguien no esta de acuerdo con nosotros.
- Sentirse humillado cuando alguien hace un comentario contrario al nuestro.
- Hacer cosas para otra persona y sentirnos resentidos por no atrevernos a decirle que no.
- Sentirse intimidado por un vendedor agresivo y comprar algo que no nos guste.
- Pedir disculpas continuamente
Y como estas situaciones, podría citar innumerables ejemplos mas. La manera de superar esta dependencia, es asumir que no podemos caer bien a todo el mundo y que la desaprobación forma parte de la vida. También es importante reforzar la confianza en uno mismo.